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Thursday, February 27, 2014

¡Y ya son dos años!

Haz de lo molesto un reto, ese reto conviértelo en disciplina para que se vuelva hábito y es muy probable que tu vida cambie.

¡Hola soy Zamná Aké y soy corredor!

Ya estamos en febrero y desde hace varias semanas en mi cabeza no deja de dar vueltas la idea de venir a escribir,  precisamente hoy y dos días después de cumplir mi segundo año como corredor vengo a compartir algunas ideas.

Empezaré con lo básico y elemental. ¿Qué tal 2013?  Puedo decir que fue un excelente año, lleno de satisfacciones, bendiciones y logrando cosas que no me hubiera imaginado antes.

Ya he platicado en otras ocasiones que el 31 de diciembre de 2012 tenía dos ideas que me emocionaban mucho: el nacimiento de mi niña y correr un medio maratón.. ¡Wow!

El 10 de Julio Dios me puso en mi vida el mejor regalo que pude haber pensado: Regina, amor de mi vida, no hay día que no me hagas sonreír, que no me hagas querer ser mejor ser humano,  y hacerte feliz.

Del otro asunto ¿qué puedo decir? como dije, tenía la idea de hacer un medio maratón y ¡terminé haciendo cuatro! Ninguno fue fácil, ninguno igual y cada uno me hizo reir, pensar y saber que tener la posibilidad de hacerlo y mover un pie y después el otro para recorrer la distancia es una mera bendición. 

Hay uno muy en particular que me dejó un mal sabor de boca y una lesión de dos meses que casi casi me hizo parar.  

Eso es lo que me hizo andar un poco lejos de aquí y de los entrenamientos, me vino muy bien el descanso obligatorio y estoy a dos semanas de regresar al 100% y ese es el tema que hoy me trae a escribir estas líneas con mucho sentido para mi.

Tengo la fortuna y bendición de contar con amigos corredores, ya todos maratonistas y los divido en locos, no tan locos y los ultramaratonistas ja... cada que los oigo, leo y veo su espíritu me motiva, alegra y me hace saber que vivimos con la misma intensidad esta cosa loca llamada correr; sin embargo para ellos usar la palabra "miedo" es pufff... casi casi pecado y no los juzgo.

¿Miedo?  Chispas creo que es un sentimiento que lo experimento siempre, unas veces con más intensidad que otras, a veces mis nervios son más grandes que mi miedo y se me olvida que anda ahí, pero definitivamente ahí está latente y no me da pena aceptarlo.  

El próximo 17 de marzo comienzo un programa de 24 semanas de entrenamiento para el único objetivo que me propuse el pasado 31 de diciembre de 2013: Maratón de la Ciudad de México. Sólo escribirlo me llena de emociones y definitvamente siento miedo.  Este año serán contadas las carreras de 10k a las que asista, los entrenamientos serán más estrictos, mi alimentación, concentración debe ser por mucho mejor, pues estoy determinado y tengo el gran deseo de cruzar la meta el próximo 31 de agosto.

¿Acaso es malo sentir miedo? No es desconfianza, sé que haré todo lo necesario de mi parte para lograrlo, sé que una vez que empiece a correr, mi mente, corazón y piernas me llevarán al final, sé que tengo mucho trabajo por delante, pero no puedo dejar de sentir miedo y no me da pena, al contrario, también me hace sentir vivo.

No sé cómo será este viaje, sólo sé que nunca estaré solo, porque cada mañana estarán mi esposa y mi hija a mi lado para animarme a esta nueva aventura.

¿De qué otra mejor manera podría ser?