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Friday, June 28, 2013

Encontrando nuestra grandeza

Tal vez pudiéramos pasar gran parte de nuestra vida buscando “algo” en personas, trabajos, cosas materiales o situaciones ideales, cuando en realidad ese “algo” está dentro de nosotros…

¡Hola! Soy Zamná Aké y ¡Soy corredor!

Chispas! no recuerdo haber escrito dos entradas tan pegadas, por lo general procuro que pase un poco de tiempo para volver a escribir y ordenar un poco mejor mis disparates, pero la situación que me llevó a este post me inspiró para hacerlo.

Mi esposa ha sido una persona muy importante en esta breve historia que llevo corriendo, su apoyo ha sido constante aún cuando no lograba al principio entender, logró ver los efectos positivos que trajo a mi vida esto y ayer me compartió cómo ahora veía lo que era correr para mi.
Por el mundo estamos aquellos  de carácter un poco muuuy difícil, que podemos explotar y hacer cosas de las que luego nos arrepentimos (sí, no me siento muy orgulloso de eso) por tal motivo hay veces que tengo que moderarme, aguantar situaciones laborales, personales y triviales… ¡uff es difícil! vaya, como me platicaba ayer mi esposa:

- “hasta tienes que hacerte pequeño en algunas situaciones para no explotar; pero en ese momento cuando corres eres grande, eres tú, feliz, alegre, libre”

¡Y definitivamente es así! cuando corremos vamos detrás de ese “algo” que nos librera, que nos llena de energía el alma, el corazón y hasta hay momentos que sentimos pequeño nuestro entorno, vamos detrás de nuestra grandeza…

No importa lo rápido o lento que vayamos, lo lejos o cerca, pues cuando corremos con el corazón, siempre alcanzaremos nuestra grandeza y veremos que aún podemos llegar más lejos, más grande.

Tal vez también por eso, soy corredor…
rn

Thursday, June 27, 2013

Y esos vínculos que se crean…

Situaciones, experiencias y personas pasan por nuestras vidas y a veces la combinación de estas circunstancias hacen sólidos esos lazos que sólo con los km se logran explicar.

¡Hola! Soy Zamná Aké y  ¡soy corredor!

Casi todos los días me pongo a reflexionar sobre todo lo que el correr ha traído en mi vida, definitivamente puras cosas positivas. No logro hasta este momento encontrar algo que me hiciera pensar “no debí empezar a correr”… ¡vaya! ni las lesiones.

Hace unos días platicaba con mi madre, sobre ese cariño extraño que se genera entre la gente que corre (al menos en mi caso así ha sido), le comentaba sobre cómo una palabra de aliento, una palmada, un grito tiene un efecto importante cuando estamos en momentos críticos en un recorrido. ¿Es sólo mi idea?

En el pasado maratón de la marina corrí 21k (ya les platiqué de esa genial experiencia), recuerdo que todo iba bien hasta el km 19 cuando apareció el dolor de una lesión que traigo desde marzo, y estuve a punto de bajar el paso, casi casi empezar a caminar del dolor, cuando de pronto pasó junto a mi uno de mis compañeros y con mucho ánimo me gritó para que no parara “No te voy a dejar aquí”  Sólo eso me hizo falta para seguir adelante.

Me tocó recibir a varios amigos y amigas en la meta, me fue difícil contener la emoción de verlos entrar, sin haber importado si corrieron por relevos, 21k o 42k. No puedo negar que se me salieron las lágrimas con la llegada de mi hermana Nicté y Anilú, quienes corrieron por primera vez el recorrido largo. 

Vaya, es un momento en el que entendemos lo que hay dentro, la pelea que llevamos en el corazón, que no sólo estamos corriendo, sino dejando atrás muchas cosas y sucede que todos tenemos algo en común y eso muchas veces ni siquiera se dice, simplemente se comunica en cada paso, como si platicáramos en silencio por medio del camino.

Hoy tengo grandes amigos, corremos, reímos y lloramos como valientes en la meta… es normal que no nos entiendan, pues eso se entiende con un par de tenis y recorriendo nuestra propia historia.

Tal vez por eso soy más unido a mis hermanos, tal vez por eso añoro correr un día a lado de mi hija y llorar a su lado, tal vez por eso simplemente soy corredor…