Hay momentos en los que simplemente tenemos que seguir para adelanté y permitir que la vida nos impresione con lo que nos espera.
¡Hola!! Soy Zamná Aké y soy corredor!
Han pasado ya cuatro días desde que llegué a la mitad de este camino que recorro ahora y vaya qué mejor manera pudo ser que volviendo a correr un medio maratón.
El pasado 22 de diciembre, sufrí una lesión corriendo un medio maratón, resultado de una mala preparación, exceso de descanso y sobre todo no haberme cuidado y correr sólo por correr. Debo reconocer que esa mañana entre el dolor y la frustración de haber hecho una mala carrera cruzó por mi mente no volver a hacer 21k, es todo un berrinche quinceañero, que se me quitó al día siguiente, pero finalmente la espinita y mal sabor de boca queda ahí, y bueno después de un año, nuevamente tuve la fortuna de estar parado en la salida para correr un medio maratón y vaya que me hizo pensar muchísimo.
Desde que me inscribí, sólo me venía a la mente y yo me hacía a la idea que sólo se trataba parte de mi entrenamiento y que casualmente coincidía con la fecha del maratón y medio maratón de la marina que se realiza cada año en Mérida; así que simplemente me mentalicé que no había de qué preocuparse y simplemente entrenar. Conforme se acercó la fecha dos cosas me pasaron, la primera fue volver a sentir esa lesión de diciembre y la segunda, fue sentir otra vez la emoción que tuve el año anterior, pero esta vez con una percepción diferente.
En algún momento el entrenamiento, los cuidados en mi alimentación y ese sueño de llegar al 31 de agosto, dieron resultados y me cruzó por la mente buscar además de entrenar, mejorar mi tiempo respecto al año pasado, sin embargo ahí estaba la lesión, que me tenía demasiado preocupado.
Siempre he tenido la bendición de contar con las personas exactas en mi vida, y así fue para tratar la lesión, fue como quitarme una enorme carga que me permitió lograr mi carrera de mejor manera que lo esperaba.
Llegó el sábado por la tarde, mis nervios, ansiedad y ganas de vomitar regresaron, me temblaban las manos, de la mera idea de la carrera, como a muchos les pasa, esa noche no pude dormir y a las 4 am ya estaba de pie y prácticamente listo para ir al disparo de salida que sería a las 6:30.
En camino a la salida, empecé a ponerme más y más nervioso, y las dudas no me dejaban en paz! ¿ y si te lastimas?¿y si no acabas? ¡No estás listo! pero ya estaba a punto de salir y me sentía más nervioso que el año anterior.
No me viene la idea de contar cada km, tal vez ahorro memoria para el 2 de septiembre, pero sí puedo decir que este 8 de junio fue especial, en todo momento estuvo en mi mente la presencia de mi abuelita, que en 2009 nos dejó, y desde que me inscribí me hice a la idea que se lo dedicaría en su cumpleaños.
Fue un excelente entrenamiento, no esperaba que me fuera como me fue, y ver que se abrió la posibilidad de empezar ahora sí los entrenamientos y fondos largos.
Y llegó la salida!! comenzó el recorrido y durante el trayecto me fui sintiendo bien, en momentos a lo lejos observaba a mi esposa cargando a mi niña para hidratarme y no podía más que sentirme feliz en ese momento, ese instante en el que su mirada se cruzaba con la mía, me era suficiente para llenarme el corazón y seguir adelante, así estuvimos por 13 kilómetros, Mi esposa, mi sobrina Alejandra y mi niña fueron muy importantes en mi entrenamiento.
De pronto me vi corriendo solo y ya cansado y en el km 18 llegó un punto en el que sentí que no podía más, mis pantorrillas decidieron acalambrarse y no dejar de doler, pero vaya! ya sólo faltaban tres kilómetros!!! Ese momento en el que uno escucha eso, y piensa, pues sí, esos los corro en un dos por tres, pero no es lo mismo, así que simplemente llegó el momento de mover las piernas y no hacer más que seguir, y wow ¡lo mejor del la prueba me estaba esperando! gente salió a la puerta de su casa y con mangueras nos mojaba ¡mientras pasábamos! personas desconocidas nos gritaban, aplaudían y con sus sillitas en las puertas de sus casas nos animaban a seguir. y palabras como “’¡ya llegaste!” “¡No te detengas!” “¡muy bien hecho!” no dejaban de escucharse durante los dos últimos kilómetros y esas palabras estoy seguro que a muchos como a mi, nos reanimó y ayudó a entrar a ese último tramo.
Y sí, ahí estaba yo de nueva cuenta corriendo esos metros finales, a lo lejos se veía “meta” y se escuchaban los gritos y aplausos de los amigos, pero en ese instante recordé mi entrada del año anterior y me sentí vivo nuevamente, desapareció el dolor y cansancio y cada vez se hacía más grande el letrero y más fuertes los gritos.
Y fue así como después de dos horas con 28 minutos, concluí mi primer medio maratón del año, fue así como comenzamos la etapa de fondos para mi sueño del 31 de agosto, y fue así simplemente siguiendo, que dejé que la vida una vez más me sorprendiera al verme cruzar la meta un domingo 8 de junio celebrándote a ti Lichita, por tu vida, por haber estado en la mía, por haberme amado tanto, fue así como terminé mi semana 12 del entrenamiento.
En donde quiera que estés, con todo mi amor, te dedico mi medio maratón.