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Thursday, September 26, 2013

Y a ti ¿qué te espera en la meta?

Esos últimos metros antes de llegar  a la meta, son mágicos, únicos y nos hacen vivir ¡intensamente!

¡Hola! Soy Zamná Aké y ¡Soy corredor!

Cometería un error si generalizara el motivo o circunstancias que hace que en nuestro corazón, alma o mente se prenda ese chip y nos haga saber “Tú puedes”, “Tú debes”, “Tú necesitas”, “¡Hazlo!” y nos haya arrastrado afortunadamente a ese mundo de locos apasionados por “simplemente correr”, pero creo que detrás de cada corredor hay un catalizador, que un día nos hizo querer y ahora nos hace poder.

Hace 116 días exactamente logré uno de los objetivos o propósitos que me hice al iniciar el año, siii, siii esos que solemos hacernos junto con promesas raras de año nuevo entre uvas y sidra.. recuerdo que sólo  tenía 1 deseo y 1 propósito claro: Ver nacer a mi hija y que estuviera sanita y correr un medio maratón. No pedía más, pues sabía todo lo que implicaría mi único propósito. Bueno, bueno, pero no se trata sólo de eso, este post, sino, de ese último tramo, después de un largo camino que empezó el 6 de enero de 2013, recuerdo cuando llegué a los últimos 500 metros, tal vez más o tal vez muchos menos, frente a mi veía la meta, tan lejos y tan cerca, tan grande, pero a la vez tan pequeña comparada a la felicidad que había en mi corazón y al esfuerzo que significó llegar hasta ahí. Por que de verdad yo sabía que una vez que cruzara esa meta, muchas cosas para mi ya no iban a ser iguales, porque sabía que del otro lado de la meta estaban mis sueños, el amor de mis padres, la alegría de mi compañera y hermana Nicte, mi negrita que me inspiró a correr, las semanas de regaños, aliento y amor de mi mejor amigo y hermano gemelo Nazul que no ha dejado de creer en mí. La emoción y logro compartido de mi esposa Anabel, que siempre me animó a seguir adelante a pesar de que la aburro a veces con mi monótona plática de correr jaja, la alegría de mis hermanos RTM que siempre me sonrieron y animaron y como me decía Yeros desde el primer día que me conoció “Creían en mí”.. pero sobre todo, porque del otro lado estaba mi bebita que aún no nacía pero ya me obligaba a luchar por ella… y desde luego toodos los que alguna vez me dijeron “TU NO PUEDES”, entonces ¿Cómo no iba a correr más rápido? ¿Cómo no iba a llegar a esa meta emocionado? ¿Cómo no ir al otro lado de la meta en busca de mi alma?

Así es, esos últimos metros todos estuvieron en mi mente, en mi corazón y en mis lágrimas, y así ha sido, desde entonces, y es lo que me hace sonreír cada vez que llego al final, porque sé que todos están esperándome del otro lado de la meta.

Monday, September 23, 2013

Cada corredor tiene una gran historia.

Ese mágico momento en el que se ata el último nudo del zapato, se acomodan las lengüetas y se enfila en la línea de salida junto con los cronómetros, son el “siguiente capítulo” en la gran historia de cada corredor.

¡Hola! Soy Zamná Aké y soy corredor!

Ya tiene tiempo que no venía a mi blog, más que otra cosa, por falta de tiempo, que ahora que se acomodan un poco mejor las cosas quiero retomar.

Recuerdo que cuando comencé a correr, cada persona parada a mi lado, era un completo extraño, caras, atuendos, expresiones y motivos que los hacía estar a mi lado, no sólo me eran desconocidos sino que hasta de cierta forma me eran un poco indiferentes, pero conforme fueron pasando las semanas, comenzábamos a coincidir las mismas personas me di cuenta que el extraño no eran ellos sino yo, y empecé a dejarme llevar más, romper resistencias y hacerme amigo de la gente.

A casi dos años de ser corredor, he conocido gente extraordinaria, con un gran corazón y enormes ganas de vivir, gente competitiva, que se prepara para ser mejor en cada competencia y motiva a sus amigos a correr, correr y ser mejores, gente que encontró un remedio  a males emocionales, de salud y hasta espirituales. Personas que llevaban una vida con un rumbo monótono y que ahora forman parte de algo y se sienten llenos, individuos que esperaban que algo bueno pasara en sus días y ¡pum! sólo tenían que levantarse de cama o sillón.

Tengo la fortuna y bendición de escuchar en mis amigos corredores grandes historias, que me conmueven, me emocionan e inspiran, tengo la oportunidad de conocer más de cada uno y aprender. ¡vaya! ¡tengo la fortuna de ser corredor!

Ayer 22 de septiembre cumplí 36 años y la manera de celebrarlo fue regalándole a mi vida un poco de salud, pero lo mejor fue el momento en el que mi esposa esperó mi llegada para poner entre mis brazos  el  regalo más grande que Dios y ella me dieron,  que desde la noticia de su llegada, ha sido el motor de mi corazón y la razón por la que quiero ser mejor.

Ayer con lágrimas en los ojos y una enorme emoción, crucé por primera vez la meta con mi Regina, esa fue mi historia ayer, y es grande para mi.

la foto