Pages

Wednesday, August 31, 2016

El tercero y definitivamente no es la vencida... Parte 1

Y cuando el tiempo pasa y la vida nos pasa, siempre habrá un motivo para seguir adelante.

 

¡Hola! Soy Zamná y soy corredor... 

Ya pasó un año desde que pasé por aquí y escribí mi sentir antes de ir por mi segundo maratón. Definitivamente no fue por olvido o falta de tiempo. 

La ausencia fue por todo lo que sucedió, porque en ese maratón a pesar  que hubo mejoría,  no logré disfrutarlo como se debía y terminé molesto, cansado mentalmente y a punto de no volver a correr esa distancia. 

Luego de mi segundo maratón, regresé decidio a cambiar muchas cosas de lo que estaba haciendo, y lo primero que hice fue buscar a la única persona que siempre había sido opción para entrenarme y que no me sentía en confianza para pedirlo porque  veía muy lejana la posibilidad.

Le conté lo que quería, lo que sentía, me escuchó atentamente y empezamos a trabajar, pues yo tenía la espinita de lo que me había sucedido en México. El plan era prepararme para el maratón de la Ciudad de Mérida que como cada año se realiza en enero. Así que prácticamente teníamos el tiempo suficiente para prepararnos. 

Nunca me había sentido tan fuerte, corriendo tan bien, mejorando en todos los aspectos y sientiendome muy seguro. Los entrenamientos eran de mucha exigencia, pero cada semana veía los resultados. Desafortunadamente no todo lo bueno dura, y semanas antes del maratón sufrí un problema muy fuerte en la espalda que me dejó fuera.

Esa situación me pegó mucho en el aspecto físico y sobre todo emocional, pues me costó muchísimo regresar y sentirme nuevamente seguro. 

¡Ja! Creo que hizo falta un año dificil y un tercer maratón complicado y con tiempos nada aceptables para volver a sentirme listo.

 Continuaré...

Thursday, August 27, 2015

Mi segundo Maratón

Podrás recorrer el mismo camino tantas veces puedas y quieras, pero nunca será igual, porque no cambia el recorrido, sino el que lo cruza…

¡Hola! Soy Zamná Aké y soy corredor…

A momentos cierro mis ojos, me concentro por un breve instante y nuevamente me veo ahí, en las calles del DF, recuerdo mi respiración, emoción, nervios, miedo, incluso las lágrimas y esos instantes que viví durante mi primer maratón.

Es muy cierto, aquella idea ( y que se me hacía muy extraña) “No es la misma persona la que empieza y la que termina un maratón” esa frase tomó mucho sentido al cruzar la meta, al razonar lo que había hecho, vaya, simplemente que ¡lo había hecho!.
Una vez que regresé a Mérida, escribí mi primera memoria sobre aquella experiencia, en mi cabeza ya estaba muy claro lo que seguía y lo que mi corazón deseaba en ese aspecto: empezar a entrenar para volver a correr y hacerlo mejor.

En ningún momento he tenido pena en decir, que durante mi primer entrenamiento, en todo momento sentí nervios, emoción y miedo… sí mucho miedo… y ese fue uno de los principales motivos por los que decidí rodearme de tanta gente que me brindara una sonrisa y apoyo para lograrlo. Créanme cuando les digo que siempre estuvieron conmigo. 

Pues bien, 2015 empezó y como el año anterior puse mi entrenamiento en las manos de Dios (sí y más adelante hablaré más de ello) y una de las decisiones que tomé fue cortar ese vínculo emocional que hice la primera vez, y empezar a entrenar solo y por mi cuenta, nuevamente fueron 32 semanas. 

Primero fueron 8 semanas,  después 24. Han sido largas, con muchos entrenamientos buenos, malos, terribles  y llenos de aprendizaje. 

A finales de mayo empezaron los fondos con los 21k de la Marina y de ahí fueron subiendo poco a poco.  No fueron fáciles, ni descansados, pero todos terminados con una sonrisa y lleno de felicidad, pues a mi lado estuvo mi esposa, mi hija y bebé en camino. animándome, apoyándome y sobre todo recordándome que bajar las manos nunca será opción. Recuerdo un entrenamiento en el que me sentía muy cansado y veía la cara de mi hija seria, preocupada ¿cómo podía parar? sólo quedaba sonreír y no dejar de correr.

Llegaron los fondos largos y más difíciles y tuve la bendición de correrlos con grandes corredores, experimentados y que en todo momento tuvieron mucho que compartir y de los que aprendí desde cómo subir de manera correcta un puente, cómo bajarlo, cómo sostener mejor un ritmo, una serie, sacar fuerzas cuando ya sentía que no podía, y tener una gran sonrisa en todo momento. 
El acompañamiento, consejos y jalón de orejas de mi amigo y Nutriólogo, que siempre ha creído en mi... De verdad, esos momentos no se olvidan, esas personas se quedan en el corazón.

Estoy a tres días de volver a recorrer el camino, de volver a estar en la línea de salida, temblando de miedo, emoción y con ganas de pasar cada kilómetro guardando el mejor instante en mi memoria, estoy a tres días de volver a cumplir mi sueño y sonreír al cielo, a cada una de esas personas que hoy no están a mi lado y darles las gracias por acompañarme.

Esta vez mi esposa e hija no van conmigo, pues en pocos días viene mi segundo regalo de Dios. Sí, mi segundo hijo, que desde que me enteré de su llegada ha sido en todo momento un pensamiento de emoción y alegría. En esta ocasión a mis viejas les toca esperarme en casa y en mi corazón está el deseo de volver pronto a su lado, de abrazarlas y llorar como la primera vez, porque es una medalla que yo tomo, pero que entre los cuatro nos ganamos, que les costó despertar temprano, mañanas sin mi a su lado, soportar mis nervios y locuras. Así que no viajan conmigo, pero mi pequeña gran familia va en mi corazón, porque simplemente sin ustedes tres, nada tendría sentido.

Hace unos días recordaba los comentarios que me hacían, hicieron y a veces todavía me hacen cuando me ven y sale a la plática que me gusta y disfruto correr. La cara de incredulidad y a veces hasta de burla. Pocos entenderán que lo que he logrado, compartido y los retos que he superado, no son por que entrene mucho, por que sea un gran corredor radique en una gran preparación.  En eso NO RADICA… Una vez pregunté ¿Qué necesitas saber para creer que puedes ?. Para mi es simple…Dios ha estado a mi lado en todo momento, él ha permitido que cada mañana yo me levante y tenga a mi lado a mis padres, hermanos y familia, Él ha puesto gracia en todas aquellas personas que me han acompañado y sólo por ese motivo hoy puedo estar escribiendo estas líneas. Habrá quien no lo crea, entienda y le cause inclusive risa, está bien, nunca he esperado de ninguna manera aceptación. Pero ahí radica la diferencia entre el “no va a poder” y el “¡mira sí pudo!” 

Nunca corro solo…

32 semanas después y primeramente Dios, estaré nuevamente para recorrer esa distancia y llevar a cada uno de ustedes en mi corazón, en mis pasos y en mis lágrimas, porque forman ya parte de mi historia y de las memorias de mi segundo maratón.

Así que ¡¡¡¡voy por esa X!!!!!

Wednesday, December 31, 2014

Tan, taaaan!!!!

Volver a lo básico no significa ir para atrás, muchas veces es el paso para ir más lejos…

¡Hola! Soy Zamná Aké, soy corredor y maratonista

Como cada vez que me ausento, suelo dejar tiempo para ordenar mis ideas, pues siempre hay algo que deja una huella, marca o recuerdo.

Revisando lo que he escrito por meses y es inevitable sonreír, recordar cómo me sentía cuando realizaba cada entrada, todas esas emociones, dudas, temores, ansiedad e incertidumbre por mi primer maratón.  De eso ya pasaron 4 meses y por momentos puedo cerrar los ojos y recordar casi todos los momentos del recorrido, el miedo que tuve al momento de salir, la emoción del recorrido, la frustración del cansancio y la gran satisfacción de la llegada. ¡cómo no voy a recordarlos!

Recuerdo que cuando empezó el año tenía en mente dos objetivos muy claros: correr mi primer maratón y recuperarme del medio maratón de diciembre en el que me había ido muy mal gracias a la pésima preparación y exceso de confianza.

Puedo decir con alegría que ambos propósitos se cumplieron, sí, definitivamente sí tuve que entrenar y prepararme bien, tuve que cambiar mi manera de correr, comer, pensar… Vaya, tuve que empezar desde cero o bien como me gusta pensar, “Volver a lo básico” porque si quería algo diferente, tenía que ser alguien diferente.

Me gusta mucho la idea que se aprende de las derrotas, y sí también puedo decir que en mi preparación para el maratón tuve muchas, pero ninguna me hizo dudar o alejarme de lo que ya me había propuesto, sino todo lo contrario, me hacen empezar de nuevo y hacerlo mejor.

El pasado 21 de diciembre cerré mi entrenamiento, fue cansado, difícil y lleno de aprendizajes.

Hoy que acaba el año puedo decir que me siento agradecido y feliz por lo que logramos en este segundo año como corredor, tengo la bendición y fortuna de contar con todo el apoyo de mi esposa y mi nena, quienes sin importar la hora, distancia están conmigo si saben que las necesito, por eso he superado ese enorme miedo que tenía al empezar el año. Porque nunca estaré solo, porque siempre estarán ellas y mi hermana cuidándome y acompañándome, pero sobre todo manteniéndome firme en mis objetivos. A ustedes tres les agradezco y dedico este año que pasó, las quiero y amo con todo mi corazón.

¿Qué sigue? 

Si Dios así lo permite, voy  por mi segundo maratón de la Ciudad de México, y esta vez tendrá que ser mejor, no sólo por el tiempo, sino por la posibilidad de cumplir y compartirlo de manera especial.

Si todo va bien, iremos por el  maratón de Monterrey.

Eso es lo que viene, eso es lo que deseo y para ello, indudablemente habrá que hacer nuevamente las cosas diferentes.Simplemente volver a lo básico.

¡¡¡2014 Listo!!!

Monday, November 10, 2014

El Primero y ya…

 

“Y ése será el beso por el que medirás el resto de los besos de tu vida”
¡Hola, soy Zamná Aké y soy corredor!

Hace algunos años vi la película “Corazones en Atlantida” y recuerdo la frase con la que empecé este post y son de esas que se quedan en la mente y corazón para toda la vida, y en estos días vienen más recuerdos y emociones que lo normal.

Y el pensamiento o idea de esto puede ser absurdo o incómodo pero es así como me siento en estos días cuando pienso en agosto 31.

¿Recuerdas tu primer beso? ¿Ése que te puso nervioso antes de dar? ¿El que le diste a la persona de la que estabas totalmente enamorada? ¿El que te hizo temblar las piernas, la boca, tartamudear y desconectar la razón de la razón? Esa sensación es única para cada cosa y momento,  la recuerdo bien, y es la misma sensación que tuve la primera vez que tuve entre mis manos a mi hija, o cuando vi a mi esposa el día que nos casamos… es exactamente ese momento que se queda en nuestro corazón.

Tomando de referencia esto, ¡espero no tener que volver a casarme para medir el resto de mis bodas! jajaja!! Pero sí me pasa cuando pienso en lo que viene.

Sé que puedo hartar o fastidiar con lo mismo, pero también estoy seguro que quien ha hecho esto, quien se ha enfrentado a sí mismo por 42k , ha tenido esta sensación de felicidad, emoción y añoranza antes de que llegue el momento.

He llegado a la  semana 14/ 24. Un total de  95 días transcurridos de entrenamiento, y 72 por delante. Y cada mañana tengo esta emoción, acumulada, cada día siento el apoyo de más gente que se ha integrado de una manera u otra a mi entrenamiento. Mis hermanos, mis amigos de equipo, amigos que llegan, que regresan o que nunca se han ido, mi esposa, que ha sacado fortaleza para empujarme hacia adelante y sobre todo mi niña y esa sonrisa que me ha vuelto loco.

Tal vez por eso tengo en la mente esta idea, porque sé que después de mi primer maratón, muchas cosas cambiarán, estoy seguro que la manera de ver los entrenamientos, los nervios, la emoción, todo, todo eso será diferente, tal vez mejor o no, pero este proceso será el que me sirva para medir los que vengan por delante.

Y tal vez también por eso soy corredor, porque simplemente algún día podré contárselo a mi hija y transmitirle esta emoción que se vive cuando es el primero y ya…

Friday, October 03, 2014

Corre Ani corre!!!

En un mundo de locos ¿cómo pedir cordura? y más cuando esa locura le da sentido a nuestras vidas.
Hola !! Soy Zamná Aké y soy corredor!


De niño, disfrutaba observar las cosas, los detalles, las personas, la manera en la que hablaban, movían las manos, reían, comían, etc. y se me quedaba algo de ellos para etiquetarlos en mi memoria.

Hace dos años, recuerdo muy bien que empezaba a incorporarme a mi actual grupo de locos corredores; a muchos los había visto en algún momento correr y otros eran totalmente desconocidos y sí, puedo recordar cómo fui conociendo a cada uno de ellos. 
Un sábado de entrenamiento, que al principio eran muy peculiares, nos tocó ir de morado jaja…recuerdo que iba disque corriendo cuando de pronto coincidí con una muchacha que llevaba una visera negra, playera morada y sus peculiares e inseparables audífonos,  nos saludamos y me llamó muchísimo la atención la amabilidad que proyectaba. 
Creo que una de tantas cosas que me ha dado el correr, es la fortuna de coincidir con gente genial, con unas ganas enormes de vivir y de luchar y que con el tiempo de ser simples compañeros ahora son mis amigos.
Hoy dedico estas líneas a mi ¡Runner favorita!
Síiii a ti, a tiiii que todos los días te levantas no sólo a correr, te levantas a luchar, a perseguir lo que quieres, a dejar atrás y muy lejos todo lo que no te deja ser esa muchacha alegre, eso que pudiera privarnos de tu sonrisa peculiar que se escucha a kilooometros, y nos recuerda en las carreras “Ahí viene Aniluuuuuuuu” y sucede que quien ha corrido contigo no puede evitar sonreír o reírse contigo.
A ti Ani, que tu día empieza desde las 4 am, si es que se te hizo tarde y acaba a las 11 ó 12  y que siempre tienes un “Holaaaaaaaaaa cuéntamelo tooooodo” para el que se acerque a ti.
¿Cómo olvidar tu primer maratón? que a pesar de todo, el cansancio, el agotamiento, sol y el tiempo que llevabas, simplemente no dejabas de sonreír!
¿Cómo no guardarte un espacio en mi vida y corazón si estuviste conmigo entrenando para mi primer maratón?
¿Cómo no admirar tu lucha, tu entrega, tu dedicación como trabajadora, madre y corredora?
Este domingo 5 de octubre correrás tu cuarto maratón, y no es un maratón cualquiera, es ¡TU MARATÓN! en tu ciudad, en tu tierra, donde creciste, correrás por calles por las que tal vez nunca habías pasado caminando, y las verás diferentes, tal vez te darás cuenta que en esa esquina ya no está la casa que siempre veías, o tal vez hay algo nuevo en esa calle que te recordará tu infancia.
Será un viaje único y por eso Ani, no te deseo suerte, esa ¡nunca la has necesitado!
Corre y disfruta, libera tu alma, tu corazón y dale la oportunidad a toda esa gente que estará cerca, de observar tu mirada amable, tu risa única y tu gran personalidad.
Vive tu sueño en cada paso, y entrégate a esta maravillosa locura que no nos dejará ir en mucho tiempo.
Te quiero Sonrisa!

Thursday, September 04, 2014

¡Misión cumplida! MICDM 2014

Si de verdad tienes un gran deseo en el corazón, lucha por él hasta el último suspiro.

¡Hola! Soy Zamná Aké y soy MARATONISTA!!!

Han pasado ya cuatro días desde el 31 de agosto y sólo cierro los ojos y puedo recordar cada momento, sonido, olor y sensación que viví durante mi primer maratón.

Intentando ordenar palabras, ideas, momentos y sobre todo recordar, me fui a leer algunas entradas que escribí días, semanas y hasta hace un año respecto a la idea y deseo de correr un maratón y me encontré con estas líneas que escribí al terminar los 21k de la marina el año pasado:

http://zamnake.blogspot.mx/2013/06/lo-logramos.html

Y sí, ya me había sentenciado a hacerlo y pueeees, ni modo de echarme para atrás!

Puedo platicar que ha sido una experiencia extraordinaria que empezó desde que salimos para la ciudad de México hasta que pusimos los pies en nuestra casa.

Sábado 30 de agosto 20:00 hrs.

En la silla ya estaba todo listo: Tenis, calcetines, playeras, número, etc.. ya había hecho repaso mental en menos de 10 minutos al menos 7 veces de todo lo que iba a utilizar y lo acomodaba una y otra vez para asegurarme que todo estaba en orden.

Llegó el momento e intentar dormir  y afortunadamente a pesar de que tardé un poco logré conciliar el sueño casi 1 hora y media después.

Domingo 31 de agosto 4:47 am

Desperté antes que la alarma sonara, me senté sobre la cama y empecé a pensar: “el día llegó, ya no hay mara atrás y listo o no ahí voy”

Empecé a vestirme y a medida que lo hacía los nervios bajaron poco a poco.

Llegó el momento de irme y me despedí de Anabel y mi hija, “nos vemos en la meta”, contundente, sonriente y con todo el amor me despidió mi esposa.

Me despedí de mi Mamá y sus palabras, “hijo, cuídate por favor, si te sientes cansado, para, si te sientes mal, para! no tienes nada que probar”.

Mi Papá me llevó a la salida y sus palabras fueron similares a los de mi Mamá.

Empecé a caminar hacia el palacio de Bellas Artes y ahí estaba finalmente solo caminando y de pronto todo cobró sentido, gente eufórica gritando los nombres de sus equipos –“¡Corredores con causa!” – gritaban de un lado, por otro personas estirando, amarrándose los cordones, y platicando sobre cómo sería la estrategia de carrera, mientras tanto se escuchaba en el sonido local que todavía faltaba una hora para que salieran los corredores.

Personajes coloridos, peculiares extravagantes, con apariencias desde el muy pro, hasta el que se enteró un día antes que había una “carrerita” y ps iría a dar su vuelta a ver qué tal se ponía el asunto.

Observaba a todos y trataba de guardarme cada imagen, cada detalle y sonido para no olvidarlos.

6:50 am. ya estábamos en los corrales esperando salir,entre frio, lluvia y el olor tan peculiar de esas cremas y chunches fabricadas por los brujos, abuelos y casi casi boticarios, de esos con nombres raros que disque sirven “pa´calentar las piernas”

Entonces sucedió que me vi en medio de tanto corredor, gritando, aplaudiendo y animándose entre ellos para lo que venía a continuación y en ese instante supe que ahora sí merecía estar junto  ellos, me acordé de enero de 2013 y sólo pude sonreír.

¡Pum! es momento de salir!!!!

Después de una larga y lluviosa espera, crucé la  línea de salida, activé mi música, reloj y empecé a correr, mientras observaba a la gente que nos aplaudía y animaba en la salida.

Tal y como sucede en el box, el km 1 me sirvió de reconocimiento, ajusté mi paso según lo que estuve entrenando y listo, ya estaba corriendo mi primer maratón.

Conforme fui avanzando, no podía dejar de maravillarme con los corredores, la gente, voluntarios y curiosos que aplaudían con el tradicional “¡sí se puede!”. Me sentía como niño en juguetería o dulcería, ¡todo era perfecto!.

Km 5 y todo sereno, desde que empecé a entrenar mucha gente me decía que las subidas y la altura eran los elementos más difíciles y que no tardaría en sufrirlo. Digamos que aquí hice mi primer corte y me sentía entero, contento y muy concentrado. Ya había localizado unos 20 corredores que llevábamos un paso similar y que casi hasta el km 30 nos fuimos acompañando.

Estábamos cruzando el km 7 y ¡Puuum!  ya venían de regreso los punteros, ellos en el km 25 ¡woow! me emocioné y no tardé en gritarles.. segundos después regresé a la carrera y mi paso seguía exactamente igual y yo venía totalmente entero y disfrutando el camino, observado a la gente, y corriendo al ritmo de “Chuchuwa” jaja…

Km 11. Aquí sentí un cambio en mi cuerpo y no de cansancio, pudiera describirlo como si hubiera entrado en automático, seguí con el mismo ritmo, y calculando a lo que había pensado, venia  5 ó 7 minutos abajo, lo que me daba mucha tranquilidad.

De pronto a lo lejos veo un puente… y mi primer pensamiento fue ¡Ay en la madre, esas son escaleras!  y me acordé de una persona que me dijo -“hubieras entrenado en Uxmal y Muna, esas subidas te van a servir, ese maratón no es cualquier cosa, a ver si puedes” -  Sí, nunca falta el disque profesional con sus consejos jaja. En la parte más alta del puente y antes de agarrar el leve tramo plano y para mi sorpresa lo poco que pude cansarme al subir, ya había pasado y ya estaba listo para seguir.

Km 15. Reconociendo a los corredores.

A estas alturas ya todos los que estaban metros adelante y atrás me eran familiares, a veces me pasaban, otras los alcanzaba, dejaba de verlos un rato y de pronto nos volvíamos a ver. Entonces adelante de mi habían dos corredores que al parecer eran del mismo equipo, desde que salimos ellos eran mi referente, iban a un paso muy bueno, “Edith y Mario” Uniformados de negro, blanco y rojo, ellos marcarían mi paso. Y entonces fue muy distinto porque la gente iba, nos pasaban algunos, pero prácticamente íbamos dejando a más personas atrás.

¡¡¡Pipíiii!!!!!

Siempre me rio y bromeo con la idea de no parar al correr ni siquiera para ir al baño, pero chaaaanclas!!!!! al km 20 o un poquito antes de plano no me aguantaba y la idea de “tuu hazzz  nadie se va a dar cuenta” jajaja de plano no era opción, así que tuve que parar muy a mi pesar a los baños… QUEEEEEE ASCO!!!!!! jajaja…

Al momento de entrar, no podía creer lo que estaba viendo, era evidente que algún corredor entró y no encontró papel de baño, y tuvo que hacer uso de sus habilidades para que en ese espacio tan reducido, se quitara la calceta e hiciera uso de ésta para tal fin… ¡vaya, al menos estaba mojadita por la lluvia! lo más impresionante no fue eso, sino ver la pared.. ok se los dejo a la imaginación…

Después de 3 ó 4 minutos perdidos fue momento de entrar a Chapultepec. Creo que en todo el maratón este tramo fue para mi el más difícil y lo que marcó el resto de la trayectoria.

KM 21

De entrada me sentía un poco inseguro, tenía la sensación de resbalarme o caerme, lo irregular del suelo y resbaloso me obligaron un poco a bajar el paso, sentí un buen de frio ahí.

Seguimos avanzando y había un tramo que debimos pasar por lodo debido a que se inundó donde correríamos. Aquí de plano fue la primera vez que tuve que caminar y lo resentí bastante.

No busco justificarme, sólo sé que al salir de Chapultepec, me vino un dolor terrible en el pie izquierdo, mismo que no me era desconocido y que me vino en las últimas semanas. Procuré no hacerle caso y concentrarme en seguir, total ya era el km 25 y físicamente me sentía entero.

Km 30.

Aún físicamente bien, no puedo decir que entero, pero todavía bien, el dolor del pie cada vez era más insoportable y yo batallaba con la opción de caminar, de plano no quería, pero llegó el momento que tuve que hacer algunos cambios para seguir adelante.

No recuerdo en qué punto y después de haber perdido ya a algunos con los que fui avanzando, me encontré con Rodrigo, un amigo de Mérida y de equipo, finalmente logré alcanzarlo un poco más y adelante vi de nuevo a Edith, batallando y luchando por seguir adelante. Y es aquí en este punto en el que sentí que empezó para mi el maratón, pues uno o dos km atrás empecé a ver gente en aparente mejores condiciones físicas, tiradas, sentados, vi a dos vomitar, llorar y definitivamente se logré sentir empatía de ese grupo desconocido y al ver a Edith y sin conocer su historia, sabía que ella no había ido ese domingo a rendirse, no había entrenado ´días, semanas, meses para llegar hoy a rendirse y parar, así que del corazón le grité que siguiera adelante, porque de verdad ¡yo venía atrás de ella!

Este punto fue crítico, pues cada vez veía más gente parada, más gente en las banquetas, más personas abandonando y mi otro pie comenzó a dolerme más y más…

Tuve un breve momento de enojo, angustia y tristeza porque en el km 32 llevaba por mucho, mejor tiempo que la vez que hice mi fondo de entrenamiento, físicamente me sentía entero, pero el dolor de pies  era de plano insoportable.

Este punto fue el más importante para mi. No me da pena ni tampoco felicidad decir que tuve que caminar, ni hablar, así fue, pero tal y como me dijo un amigo una noche antes “Sé que ya te habrán dicho de todo, sólo te puedo decir NO PARES” y esas palabras estaban en mi cabeza.

Vaya yo pedí esto, yo quería ser maratonista y no me lo iban a regalar, son de esas cosas que las tienes que ganar llorando, riendo, gritando y por nada del mundo iba a renunciar, nunca cruzó por mi mente dejarlo.

¿Cómo iba parar? ¿Cómo abandonar? Sí ya me estaban esperando en la meta, si habían pasado 32 semanas de entrenamiento, despertar muy temprano, si todo el equipo que me ayudó durante este tiempo estaban esperando que cruzara la meta ¿Qué les iba a decir? ¿“Me dolió el pie y paré” ? Esas son excusas tontas, además cada paso que daba aún con el dolor me recordaban que estaba viviendo mi sueño, lo que todavía una noche antes parecía lejano. 

Entonces no podía dejar de pensar en cada uno de los que me acompañó, sus sonrisas, su apoyo, su confianza y el “Vamos Zamy tú puedes” me sonaba en la cabeza y me hacían avanzar.

También estaban aquellos quienes me dijeron que no iba a poder, como si se hubieran formado cada uno de ellos y puesto en fila junto a ese fantasma mío que deseaba con todo que les diera la razón,  “Te dije que no ibas a poder, que no entrenaste bien, que no estabas en forma, que era muy pronto, que ibas muy lento” todos esos comentarios ahí estaban  y de verdad espero que por mucho tiempo sigan ahí..

Km 33, al 37 durante ese lapso escuché 5 canciones que me despertaron, que me ayudaron , Anilú, Nicté, Anabel y Regina  parecía que sabían que ahí las iba a necesitar  y sus canciones sirvieron para hacerme sonreír.  Ustedes que no dejaron de creer estaban una vez más en mi mente empujándome.

En ese momento tuve que asimilar la idea que el tiempo que había planteado y que pensaba ya no iba a ser posible, esa parte fue un poco difícil, hay quienes me decían que no me debía importar el tiempo, que sólo corriera, pero tampoco estaba en mis planes hacer 6 horas o más.

Así que tuve que modificar el paso, bajar el ritmo subirlo y disfrutar lo último, que vaya fue genial ver las muestras de apoyo, solidaridad y participación de gente que de pronto nada tenía que hacer ahí y sacaban un dulce, fruta, chocolate o una simple sonrisa que ayudara a cargarnos de fuerzas y seguir adelante.

En el tramo final logré ver a lo lejos a mi primo, ¡qué emoción tan grande! sus palabras me ayudaron a correr aún con dolor, y al llegar a la parte más alta y comenzar a bajar pude observar a mi esposa, hija y a mi mamá! No pude contener la emoción ni las lágrimas! la noche del sábado entre adrenalina y nervios Anabel me tomó de la mano y me dijo “No hay nada a qué temer, estás entrenado, estoy segura que vas a terminar, creo en ti” 

Estábamos en la entrada, el estadio se veía enorme, lo que faltaba para entrar se me hacía eterno y la famosa bajadita del puente parecía que la hacíamos en cámara lenta. Ya había escuchado del pasillo y la subida, ya me habían contado de lo pesada que era, y al verla sólo quería correr,  di mi primer paso sobre el tartán, el segundo, y mis ojos clavados en la meta. Este momento lo había soñado e imaginado tantas veces que no sabía si quería correr o caminar para disfrutarlo, no sabía si quería gritar o llorar, detenerme a ver a los que nos gritaban desde las gradas o correr como desesperado para regresar junto a mi familia. Estaba seguro que esta vez no iba a despertar a punto de entrar, no se trataba de esas historias que me imaginaba de niño, o de las que cerraba los ojos y me emocionaba.  ¡ERA REAL! estaba a metros de lograrlo!!!!! Rodrigo gritaba conmigo de emoción ¡lo logramos!

¡Y en ese instante cruzamos la meta!

Fue así como a mis 36 años de edad, después de 2 años de empezar a correr, 32 semanas de entrenamiento, madrugar, soportar cansancio, lesiones, entrenamientos buenos, malos, burlas, pero sobre todo el gran apoyo de mucha gente que me esperaba crucé la meta y volví realidad mi sueño, creí en lo imposible y realicé una ilusión de lo increíble…fue así como el pasado 31 de agosto de 2014 corrí mi primer maratón y me convertí en MARATONISTA.

1330010002 (2)

 

Nicte, hace un año tuve la oportunidad de verte cruzar la meta de tu primer maratón, cuando nadie creía en ti cuando muchos dudaron y pensaron que no acabarías. Yo estuve ahí presente para verte llegar, tú fuiste una persona importante en mi entrenamiento, jamás dudaste de mi, jamás tuviste miedo, me animaste y me ayudaste. En el momento exacto que crucé la meta mi pensamiento fue para ti, porque yo sé, que tú querías verme, abrazarme y llorar junto conmigo.

A ti Anabel, que soportaste 32 semanas mi ausencia en las mañanas, despertarte temprano para hidratarme, mis pláticas e ideas sobre este momento´tooodo el tiempo, a ti amor te doy las gracias por tu apoyo, tu amor y paciencia, porque solo no hubiera sido igual, solo tal vez ni siquiera hubiera considerado hacerlo.

Regina, mi niña hermosa, eres mi ilusión, mi vida y el mejor motor que tengo para jamás desistir, porque no tendría cara para decirte que la vida se trata de luchar todos los días y vencer, a pesar que el mundo te diga que vas a perder.

Mami. Mi eterna inspiración, tu amor incondicional hizo que fuera un niño feliz, domaste a un adolescente difícil y formaste a un hombre que no baja los brazos, irreverente que pelea hasta el último suspiro por lo que desea. Gracias mamita porque me hiciste la vida lo más bonita como te fue posible.

Papá. Mi mayor ejemplo de entereza, lucha y entrega a lo que hace, no tengo en mi mente verte derrotado o sin fortaleza para seguir adelante aún cuando las circunstancias han sido las más difíciles.  Gracias por tu vivo ejemplo, gracias por tus palabras antes de salir, gracias por todo el amor que me has dado y por ser  mi padre.

Nazul. Mi mejor amigo, sé lo que piensas, sé lo que opinas y sé lo que te preocupa, no cambiaría nada de lo que hice. Cuando éramos niños, yo era el que se peleaba y se agarraba a golpes, tú eras el que me enseñaba, el que me regañaba y me daba calma. Fuiste tú junto con Nicte quienes me pusieron en este camino, gracias carnal por enseñarme la puerta, por prepararme a cruzarla. Ahora es momento de caminar por mi cuenta con tu cariño.

Amigos a todos y cada uno de ustedes que estuvo presente en mi preparación, muchísimas gracias, porque ocupan un lugar enorme en mi corazón y en mi historia de 42km. No es mentira cuando les digo que ustedes estuvieron en todo momento en mis pensamientos. Gracias por ser mi equipo..

Hoy soy Maratonista y nada puede cambiarlo…

¡Nos vemos en el 2015!

Thursday, August 28, 2014

Maratón de la Ciudad de México Semana 24/24

Hay deseos en el corazón que nos queman, nos arden, nos llaman y no nos dejan dormir,  y en esos  momentos que uno logra entrar en calma, gritan y nos recuerdan que no piensan ir a ninguna parte hasta que  hagamos todo lo posible por cumplirlos.

Hola!! Soy Zamná Aké, soy corredor y quiero ser MARATONISTA!!!

El pasado 3 de septiembre de 2013 en un acto de irreverencia, locura y desafío me inscribí al Maratón de la Ciudad de México que se realizará este 31 de agosto.

Ya había pasado mi primera prueba y no había sido nada fácil, tenía muchas ideas en la cabeza respecto a lo que quería hacer corriendo: mejorar en los 5k, dejar de hacer 1:10  o más en 10k y desde luego hacer mejor esos 21k que creía que era mi tope y todavía  las ganas de hacer un maratón, aunque sabía que físicamente no estaba en la mejor forma para hacerlo estaba esa idea.

Ya me había inscrito al maratón de México y todavía no empezaba a entrenar, sabía que lo que habíamos logrado en junio era bueno, pero no suficiente para enfrentar la distancia madre, la difícil, la que todos mis amigos ya habían corrido y disfrutaban. Sabía que si quería un resultado mejor y diferente, tenía que hacer las cosas diferente, así que empecé a preguntar quién podría entrenarme y platicar con personas sobre esta idea; las respuestas fueron como la primera vez, “primero baja de peso y después piensa en correr”, “¿Cómo vas a correr un maratón así?” “¿No es muy pronto para correr un maratón”? Tal vez todas las respuestas pudieran haber sido correctas, pero ninguna respondía a mi deseo y necesidad que me entrenaran para un maratón.

Llegó diciembre y me lastimé y zaz! vinieron más comentarios de este tipo. Así que desistí en escuchar a quienes no tenían nada interesante que decir y decidí entrenarme solo.

Acudí con una persona conocida hasta ese momento que era “un nutriólogo” y ya, pero después que le platiqué lo que quería hacer y que necesitaba de su ayuda para lograrlo, él sin titubear me dijo “Claro que sí se puede”. Y fue en ese punto cuando empezamos a trabajar.

Fueron primero 8 semanas de prepararme y recuperarme de mi lesión, corriendo solo, entrenando solo y preparándome para lo que venía.  Al finalizar esta etapa comencé una que duró 24 semanas y que vine compartiendo por aquí  hasta donde me fue posible.

Conforme avanzó mi entrenamiento se sumaron a mi entrenamiento gente que me demostró en todo momento su cariño, apoyo, amor y sobre todo su entusiasmo y entonces de ser un grupo de personas y un nutriólogo, se volvieron para mi, mi equipo y mi nutriólogo, después se integraron mis rehabilitadores, y de una vaga idea que empecé con dudas y temor, de pronto me di cuenta que ya tenía a mi lado ¡todo un equipo!

Entonces disfruté los dolores de rodillas, pies, cansancio, agotamiento, porque sabía que adelante estaría mi hermana, mi esposa y mi hija hidratándome y esperándome con una sonrisa y un regaño si era necesario.

A mi lado mis amigas y amigos animándome en los fondos, en los días de entrenamientos que vaya que tuve los buenos, los regulares, excelentes y los entrenamientos pésimos!

Llegar los lunes con una sonrisa y una nueva lesión a mi rehabilitación se volvió obligatorio, y con la pregunta básica de mi rehabilitadora “Ahora qué te pasó? “  y con esa sonrisa que implicaba,  el no entender, si me duele por qué lo hago jaja..

Podría narrar todo, absolutamente todo lo que me sucedió en cada semana, pero no es el caso, mi idea de sentarme hoy a escribir estas líneas más que una narración aburrida, es un enorme agradecimiento a todos aquellos que corrieron conmigo entre semana, que me acompañaron a los fondos, que sacrificaron su sábado para levantarse a las 4:00 am y me siguieron por 21, 26, 29, 30 y32km sin titubear, por los que hicieron cada entrenamiento mejor, por creer en mi, por levantarme a correr y sacarme de la cama esos días en los que necesitaba una hora más. A todos los que estuvieron a mi lado puedo decirles que tienen un enorme lugar en mi corazón, y correrán conmigo esos 42.195 km. Llorarán a mi lado, reirán y cruzarán la meta junto a mi.

No sé qué tan difícil vaya a ser, no sé cuánto vaya a costarme, pero puedo asegurar que el 31 de agosto cruzaré la meta y seré MARATONISTA, por que creo firmemente en que puedo hacerlo gracias a todos los que me acompañaron y especialmente a ti negrita mía que estuviste todos los días a mi lado.

A ti Nicte te dedico mi primer maratón, porque estarás en mi mente cuando llegue. Para ti mi pensamiento. Gracias por estar a mi lado.

Anabel  amiga, esposa compañera y cómplice. GRACIAS por seguirme, apoyarme y alentarme a no desistir.

Regina Itzaé, amor de mi vida, dueña de mi corazón gracias a ti amor tengo alas.

Sobre todo Gracias a Dios por permitirme disfrutar de todo este proceso y por la vida de cada uno de ustedes.

¡GRACIAS!