Jueves 17 de julio de 2010. 1:30 pm –Hora del centro de México -
El país se paraliza, la selección mexicana de fútbol se medirá ante su similar de Francia, en lo que es el segundo encuentro de la primera ronda del Mundial Sudáfrica 2010. Lugar : Peter Mokaba Stadium
Mucho se ha especulado sobre el pase de la selección, algunos se muestran optimistas, otros con dudas, algunos indiferentes y de plano otros muestran su rechazo total. Sin embargo no se puede negar que ha captado la atención de todo el país. Escuelas, trabajos, comercios y trabajadores independientes, se paralizan y se olvidan de la realidad por 90 minutos.
90 minutos en los que Javier "el Chihcarito" Hernández y Cuauhtémoc Blanco hicieran creer a muchos que es posible soñar, y ser un equipo grande. Sí, la selección gana 2 a 0. Aún queda un partido y las esperanzas de mexicanos han nacido.
Muy bien, pero… ¿Y? Luego de la victoria, gente se volcó a puntos importantes de su ciudad para expresar alegría y felicidad por el resultado. Esto nos permite ver esa enorme necesidad del mexicano por sentir una victoria. (hagamos a un lado lo deportivo, que a final de cuentas eso no tiene caso) me refiero a colgar sus esperanzas de manera falsa en cualquier elemento que le permita escaparse de su realidad, que le permita soñar, que “sí se puede”…
¡Despierta México! aún si se hubiese llegado al 5o partido eso no va a generar un cambio o avance significativo en materia de educación, política, economía y sobre todo, en el pensamiento.
Sigo sin entender, por qué es más fácil colgarse del triunfo ajeno y no crearse el propio.
Sigo sin entender, por qué, no logramos despertar…
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