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Thursday, August 28, 2014

Maratón de la Ciudad de México Semana 24/24

Hay deseos en el corazón que nos queman, nos arden, nos llaman y no nos dejan dormir,  y en esos  momentos que uno logra entrar en calma, gritan y nos recuerdan que no piensan ir a ninguna parte hasta que  hagamos todo lo posible por cumplirlos.

Hola!! Soy Zamná Aké, soy corredor y quiero ser MARATONISTA!!!

El pasado 3 de septiembre de 2013 en un acto de irreverencia, locura y desafío me inscribí al Maratón de la Ciudad de México que se realizará este 31 de agosto.

Ya había pasado mi primera prueba y no había sido nada fácil, tenía muchas ideas en la cabeza respecto a lo que quería hacer corriendo: mejorar en los 5k, dejar de hacer 1:10  o más en 10k y desde luego hacer mejor esos 21k que creía que era mi tope y todavía  las ganas de hacer un maratón, aunque sabía que físicamente no estaba en la mejor forma para hacerlo estaba esa idea.

Ya me había inscrito al maratón de México y todavía no empezaba a entrenar, sabía que lo que habíamos logrado en junio era bueno, pero no suficiente para enfrentar la distancia madre, la difícil, la que todos mis amigos ya habían corrido y disfrutaban. Sabía que si quería un resultado mejor y diferente, tenía que hacer las cosas diferente, así que empecé a preguntar quién podría entrenarme y platicar con personas sobre esta idea; las respuestas fueron como la primera vez, “primero baja de peso y después piensa en correr”, “¿Cómo vas a correr un maratón así?” “¿No es muy pronto para correr un maratón”? Tal vez todas las respuestas pudieran haber sido correctas, pero ninguna respondía a mi deseo y necesidad que me entrenaran para un maratón.

Llegó diciembre y me lastimé y zaz! vinieron más comentarios de este tipo. Así que desistí en escuchar a quienes no tenían nada interesante que decir y decidí entrenarme solo.

Acudí con una persona conocida hasta ese momento que era “un nutriólogo” y ya, pero después que le platiqué lo que quería hacer y que necesitaba de su ayuda para lograrlo, él sin titubear me dijo “Claro que sí se puede”. Y fue en ese punto cuando empezamos a trabajar.

Fueron primero 8 semanas de prepararme y recuperarme de mi lesión, corriendo solo, entrenando solo y preparándome para lo que venía.  Al finalizar esta etapa comencé una que duró 24 semanas y que vine compartiendo por aquí  hasta donde me fue posible.

Conforme avanzó mi entrenamiento se sumaron a mi entrenamiento gente que me demostró en todo momento su cariño, apoyo, amor y sobre todo su entusiasmo y entonces de ser un grupo de personas y un nutriólogo, se volvieron para mi, mi equipo y mi nutriólogo, después se integraron mis rehabilitadores, y de una vaga idea que empecé con dudas y temor, de pronto me di cuenta que ya tenía a mi lado ¡todo un equipo!

Entonces disfruté los dolores de rodillas, pies, cansancio, agotamiento, porque sabía que adelante estaría mi hermana, mi esposa y mi hija hidratándome y esperándome con una sonrisa y un regaño si era necesario.

A mi lado mis amigas y amigos animándome en los fondos, en los días de entrenamientos que vaya que tuve los buenos, los regulares, excelentes y los entrenamientos pésimos!

Llegar los lunes con una sonrisa y una nueva lesión a mi rehabilitación se volvió obligatorio, y con la pregunta básica de mi rehabilitadora “Ahora qué te pasó? “  y con esa sonrisa que implicaba,  el no entender, si me duele por qué lo hago jaja..

Podría narrar todo, absolutamente todo lo que me sucedió en cada semana, pero no es el caso, mi idea de sentarme hoy a escribir estas líneas más que una narración aburrida, es un enorme agradecimiento a todos aquellos que corrieron conmigo entre semana, que me acompañaron a los fondos, que sacrificaron su sábado para levantarse a las 4:00 am y me siguieron por 21, 26, 29, 30 y32km sin titubear, por los que hicieron cada entrenamiento mejor, por creer en mi, por levantarme a correr y sacarme de la cama esos días en los que necesitaba una hora más. A todos los que estuvieron a mi lado puedo decirles que tienen un enorme lugar en mi corazón, y correrán conmigo esos 42.195 km. Llorarán a mi lado, reirán y cruzarán la meta junto a mi.

No sé qué tan difícil vaya a ser, no sé cuánto vaya a costarme, pero puedo asegurar que el 31 de agosto cruzaré la meta y seré MARATONISTA, por que creo firmemente en que puedo hacerlo gracias a todos los que me acompañaron y especialmente a ti negrita mía que estuviste todos los días a mi lado.

A ti Nicte te dedico mi primer maratón, porque estarás en mi mente cuando llegue. Para ti mi pensamiento. Gracias por estar a mi lado.

Anabel  amiga, esposa compañera y cómplice. GRACIAS por seguirme, apoyarme y alentarme a no desistir.

Regina Itzaé, amor de mi vida, dueña de mi corazón gracias a ti amor tengo alas.

Sobre todo Gracias a Dios por permitirme disfrutar de todo este proceso y por la vida de cada uno de ustedes.

¡GRACIAS!

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