Desde México ‘70, el Mundial ya se veía por todas partes. El mundo era testigo de las hazañas de cada selección y seguía de cerca a sus favoritos. Después de 12 Mundiales, el fútbol había evolucionado y prometía un gran espectáculo.
El “pibe” los hace bailar
El Mundial de 1986 se realizó de nuevo en México después que Colombia decidió no organizar la Copa por problemas políticos. Diego Armando Maradona, jugador con una zurda privilegiada, asombró al mundo con su juego, al anotar los dos goles más comentados de la historia, contra Inglaterra: la famosa “Mano de Dios” y el gol espectacular que comenzó desde la media cancha, para llevar a Argentina a la final en la que derrotó a Alemania 3-2.
Alemania regresa
En Italia ‘90, Argentina comenzó el torneo con una derrota ante Camerún, aunque eso no fue suficiente para que los campeones llegaran de nuevo a la final frente a Alemania, que no olvidó el descalabro sufrido en México ‘86 y superó a la Argentina del astro Maradona, que con lágrimas en los ojos se despidió del Mundial.
Un mundial sin emoción
En 1994, Estados Unidos organizó el Mundial en el que Brasil sin mostrar un gran fútbol, logró colarse hasta la final frente a una Italia joven y de gran talento. Por primera vez en la historia, el campeón se definió en tiros penales. Los amazónicos se adjudicaron el título por cuarta vez.
Los galos se coronan
Francia volvió a ser el anfitrión, en 1998. El número de invitados al Mundial aumentó a 32 equipos. Brasil se presentó de nuevo como favorito para adjudicarse la copa por quinta vez al llegar a la final sin perder un solo encuentro, pero los galos derrumbaron los sueños de los sudamericanos en un partido en el que sólo hubo un equipo en la cancha: Francia, que se coronó por primera vez.
La revancha carioca
Por primera vez el Mundial se organizó entre dos naciones, Corea del Sur y Japón. Brasil y Alemania llegarón a la final para enfrentarse por primera vez en la historia. Los cariocas se levantaron con el triunfo para coronarse como pentacampeones del primer mundial del siglo XXI.
Miguel A. Zamná Aké Montiel
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