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Thursday, May 04, 2006

Cómo nos irá en el Mundial?

Germán Dehesa
¿Cómo nos irá en Alemania?

Del nabo. Éste es mi primer diagnóstico. Ojalá y me equivoque, pero las cosas no pintan bien. En Monterrey, los ciudadanos de a pata me comentan, cual si fuera un secreto de Estado que comparten conmigo nada más porque les inspiré confianza, que con la más absoluta discreción se está llevando a término la nacionalización de Walter Gaitán, un talentoso y displicente jugador que fue rebautizado por algún enemigo como “El Divino”.

Por su parte, La Volpe con su pelambre de microbusero no suelta prenda. Supuestamente estamos en espera de que se alivie Sinha (y si se alivia, ¿qué?), de que se componga Cuauhtémoc (aunque anímicamente lo que de él se percibe es flojera y hartazgo), de que regrese Jared (que lleva ya varios meses enlamándose en un húmedo catafalco británico), que vuelva con bien el Guille Franco (un jugador al que los hispanos quieren con razonable éxito desbaratar a patadas); esperamos también que el Kikín se reencuentre con el gol (aunque se comenta que podría no formar parte de la lista definitiva), que el atlista Guardado se convierta en un crack de la noche a la mañana (yo la veo muy ojona pa’paloma), que Ronaldinho manifieste su deseo de nacionalizarse mexicano y así, entre esto y aquello, al día de hoy, lo real es que no sabemos ni quiénes van a llegar a Alemania, ni cómo vamos a jugar.

Cosa rara en México, pero todo se está dejando para el último momento. Por lo pronto, La Volpe, una vez tras otra, echa mano de algo que podríamos llamar un “combinado nacional” o “coctel tricolor”, agarra a los 22 que anden sueltos por ahí y los lleva a arrastrar la pata por los estadios norteamericanos, de modo que pepenen minirremesas de dólares y se enfrenten a alguna selección nacional que también ande escasa o deseosa de fondos. A todo esto le llaman “juegos de preparación”, aunque los cobran como si fueran partidos de verdad.

Por todo esto y sin más credenciales que mi condición de aficionado, me atrevo a pronosticar que, aunque nos pusiéramos “la verde” en honor de Televisa, o nos pintarrajeáramos como apaches mariguanos en honor del otro integrante del duopolio, todo indica que nos va a ir del nabo.

ÚLTIMA HORA: un amigo del alma y un diario de amplia distribución ya anunciaron la solución a nuestros males futbolísticos: Ricardo La Volpe se ha hecho la liposucción. Me dicen que quedó divino. Tal vez exageran. Creo que haré lo propio, aunque voy a esperar los efectos secundarios. Podría, por ejemplo, cambiarle el carácter. Eso sería excelente.

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